Como se ve, es un documento de autorrepresentación comunitaria. No hay guiones preelaborados por especialistas. Aquí todo se hizo colectivamente, desde el “stopmotion” de la tapa hasta decisiones específicas de “posproducción”.
La producción también fue colectiva, una suma de energías confluyentes: desde el apoyo de José Luis Dávila, audiovisualista y docente de Unearte-Mérida, hasta el apoyo de INPARQUES y el de la propia comunidad de Cuyagua, pasando por los recursos del IVIC-Mérida y la disposición militante de Francisco Nava y la nuestra.
“El sapito de la resistencia” se realizó en tres días, y se “rodó” por primera vez la noche del 12 de marzo 2020 en la pared de la iglesia del pueblo.
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